KRINNER ha revolucionado el sector de la construcción con sus bases atornillables recuperables y soluciones a la medida. La empresa familiar dirigida por sus dueños enrosca tornillos galvanizados en caliente y con el máximo respeto por el medio ambiente con máquinas especiales en todo tipo de terreno – no importa si se trata de señalizaciones de tráfico, cobertizos para coches o instalaciones solares. Desde el punto de vista internacional, Krinner Schraubfundamente GmbH se concentra, entretanto, en el emplazamiento de instalaciones fotovoltaicas al aire libre en todo el mundo y en total ha instalado, hasta ahora, más de 1.500 megavatios pico (MWp) de potencia de energÃa solar. Esto corresponde a una central nuclear grande o cinco centrales térmicas a carbón. La empresa de Baja Baviera desarrolla las máquinas especiales necesarias y ya ha presentado más de 150 patentes.
Klaus Krinner piensa de forma práctica, por eso no tiene tiempo que perder y prefiere inventar soluciones sostenibles. En el año 1989 estaba harto de la eterna lucha de todos los años con el pie de su árbol de Navidad y decidió inventar una simple técnica de tracción por cable que funciona perfectamente. A mediados de los años 90 quiso colocar un tendedero plegable para la ropa en el jardÃn buscando una forma de construcción sin utilizar cemento y sin dañar la Naturaleza. De esta forma, Krinner inventó las cimentaciones sin cemento. Hoy, 20 años después, los tornillos de diferentes tamaños soportan plantas fotovoltaicas, contenedores, parques de recreo infantil o las señales de circulación en todo el mundo.
„Innovación es nuestro negocio diario“
Máquinas especiales miden el terreno con GPS, robots hacen las cimentaciones en el suelo, se enroscan los tornillos que quedarán sujetos a prueba de bombas – empotrar en hormigón es cosa del pasado. Ya no hay que esperar hasta que el cemento se seque y retirar los soportes no es ningún problema: rápido, práctico y, sobre todo, sostenible al ciento por ciento. Puesto que las cimentaciones pueden sacarse del suelo sin dejar ningún tipo de restos, cosa que es especialmente ventajosa para construcciones temporales. „Nosotros ahorramos tiempo, protegemos el medio ambiente y somos increÃblemente eficientes“, resume Krinner y subraya que hay una solución a la medida para cada cliente. „Innovación es nuestro negocio diario“, explica Klaus Krinner, que sigue trabajando diariamente en otros inventos.
Exitoso proceso de internacionalización
Desde 2007, esta empresa familiar de Baja Baviera está ampliando sus actividades principales a las instalaciones de plantas fotovoltaicas. Krinner Schraubfundamente GmbH reconoció también muy rápidamente las grandes oportunidades que se presentaban en los mercados extranjeros en crecimiento cuando empezó a resentirse el mercado de energÃa solar en Alemania y las empresas del ramo comenzaron a tener dificultades. Entretanto, las operaciones en el extranjero se incrementaron en el año 2013 al 75 por ciento. Para el año 2014 se espera incluso que supere el 90 por ciento. Actualmente, KRINNER se concentra en la creciente industria solar en América del Norte y del Sur, en Asia y Europa. En la actualidad, el foco se encuentra sobre todo en las grandes centrales de energÃa solar en Francia, Japón y Chile.
Máquinas de alta tecnologÃa para soluciones sostenibles
En la casa central ubicada en Baja Baviera se siguen desarrollando permanentemente máquinas con la más moderna tecnologÃa. Gracias a un total de 30 aparatos especiales diferentes, actualmente se pueden instalar diariamente hasta cuatro MWp, es decir el tamaño de diez campos de fútbol. Los marcos de apoyo ofrecen soluciones flexibles para las respectivas propiedades del terreno, inclinación de las pendientes asà como cargas especÃficas de viento y nieve. Hasta ahora KRINNER ha emplazado plantas fotovoltaicas con una potencia igual a la de una central nuclear grande o cinco centrales térmicas a carbón en total. Cabe recordar que el objetivo es hacer una contribución a una generación de energÃa que sea lo más rentable, ecológica y sostenible posible, resume Klaus Krinner.
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